viernes, 26 de diciembre de 2014

AZAR, PULSO, NATURALEZA (2014)


Maya Deren en un fotograma de la película 
Meshes of the Afternoon (Maya Deren, 1944)

A veces, se consigue eludir la tutela implacable del tiempo, mas no por mérito o voluntad propia, sino por azar, como regalo de la fortuna,

a veces, inmersos en una percepción pura e inefable despertamos al mundo de las puras formas sensibles:

con los tenues pasos de danza que dibuja en la penumbra el destello tembloroso que filtra una celosía,

con el perfume de una flor que nos transporta a un jardín olvidado de nuestra infancia,

con la blancura de la nieve densa y pausada que cubre los tejados en una ciudad dormida,

con el momento mágico en que el campo se inunda con una claridad súbita y silente,

con la brisa inesperada que acaricia las frondas de los árboles en un paraje agreste y desconocido,

con el viento cálido que mece los trigales maduros y los convierte en océanos de oleaje dorado,

con aquel instante eterno en que unidos en una felicidad salvaje nuestros cuerpos se confunden.



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