El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


sábado, 16 de abril de 2011

DIÁLOGOS, MONÓLOGOS Y SOLILOQUIOS DE MONIGOTES: HABLAN LOS HOMÚNCULOS QUE ENCONTRÉ OLVIDADOS EN EL FALSO FONDO DE UN VIEJO BAÚL PARA CRISTOBITAS - 2 (2002)


Palabra y pensamiento de Manuel Duro Sevillano, asesor cultural free lance

Preceden ciento veinte páginas de informe cuya lectura oral podemos saltarnos tranquilamente para catar la número ciento veintiuno, amén de conocer los pensamientos del lector:
—La combinación entre elementos de orden general con otros altamente especializados, la sinergia entre intereses específicos grupales y objetivos supragrupales no siempre es fácil.
«En cuanto pueda, cojo el dinero y cambio de aires»
Prosigue:
—Una propuesta de orden asociativo, basada en la difusión de realidades culturales de ámbito social, puede tornarse una solución aparentemente rentable desde el punto de vista político y cuantitativo, pero, sin duda, será una solución cara, incapaz de autofinanciarse, poco creativa y, probablemente, condenada a desaparecer a medio plazo.—Esta solución permitiría resolver algunos de los conflictos aparentes que tiene planteada la presente política cultural local. Especialmente, dar una respuesta satisfactoria, pero elusiva, a las demandas persistentes por parte de los diferentes sectores asociativos y rebajar la presión que sufre por ello el Patronato Metropolitano de Cultura.
«Aunque, bien pensado, ¿no podría proponerles un reciclaje consultivo periódico?»
Matiza:
«Debería sugerirles un asesoramiento permanente. He enganchado esta buena oportunidad y no puedo dejar de escurrirla a fondo»
A continuación propone:
—Sin programas claros, la presión asociativa no cesa de crecer, pero sus concreciones son reducibles, condensables, reestructurables y, en definitiva, susceptibles de ser filtradas por un proceso de racionalización, a cargo de un equipo de expertos, que comporte obtener cierta rentabilidad...
«En los ruegos y preguntas tengo que introducir el mensaje subliminal de que mi empresa es la gestora más adecuada para conseguir reducir las ayudas hacia las propuestas de la chusma y orientar el presupuesto de la programación cultural hacia el circuito profesional del mundo del espectáculo. ¡Así nos aseguramos también las comisiones de los empresarios!»
Prosiguen ciento veinte páginas más del informe realizado por Manuel Duro Sevillano y Asociados que tranquilamente podemos soslayar.


Celestino Liante telefonea a Fidel Hormiga

—Sí, dígame.
—Hola. ¿Fidel? Soy Celestino.
—Sí, sí, dime.
«¡Cago’nlaputa! Ya me ha enganchado.»
—El otro día me encontré a Pepito Cara Cortés y estuvimos hablando. Le dije que hacía tiempo que...
«Jode’. Me podía haber quedado en la cocina.»
—¿Sí?
«¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!»
—...no organizamos nada y me comentó que justamente dentro de poco viene a Barcelona el director de un periódico nacionalista de Baltonia muy interesante que defiende...
 «¡Vaya!, de esa pandilla de xenófobos engreídos tenía que ser... ¿No se dará cuenta de qué calaña es esa gente?»
—¿Sí?
—...he pensado que tú, que tienes un cargo en el Ateneo, deberías de ofrecerle la posibilidad de...
Fidel Hormiga deja el auricular del teléfono sobre la mesita y se marcha hacia la cocina. Termina de cortar la lechuga y la echa en un plato hondo. Añade unos tomatitos enteros. Abre una lata de aceitunas rellenas y coloca unas cuantas bordeando las hortalizas. Sal, vinagre, aceite, orégano... A continuación empieza a rebozar unos filetes de lomo. De vez en cuando mira la hora que marca el reloj. Al cabo de un buen rato, con un suspiro, interrumpe su trabajo, se lava las manos y se dirige al recibidor.
—...la defensa de los rasgos étnicos diferenciales contra la uniformización centralista implica que...
—Muy bien, de acuerdo —le interrumpe Fidel—. ¿En qué día has pensado?
—Bueno, entre el 21 y el 24 sería lo más oportuno porque...
—Del mes que viene, ¿no?
—No, no, de este.
—¡Pero si no da tiempo para hacer ningún tipo de propaganda!
—Eso no es problema, tú mismo puedes hacer unos cartelitos fotocopiados y colgarlos por la calle. Quedamos así, ¿no?
—Es que además tengo que consultarlo...
—Ya me dirás qué día os va bien. Le digo que adelante, ¿vale? Bueno, si yu lueguer.
—Es que...
—Ti, ti, ti... Ti, ti, ti... Ti, ti, ti...
«¡La madre que lo parió! ¡La próxima lo envío a tomar...!»

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