El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


martes, 6 de diciembre de 2011

ALTA HERMANA DE PIEDRA (2011)






Hermana de piedra,

en tus laderas encontramos refugio y descubrimos el fuego, danzamos a su alrededor y fuimos lobo o gacela mientras sonaba el cántico y las palmas de nuestras manos chocaban al ritmo del corazón, después subimos a tu cima y encendimos allí hogueras para que nunca más nos sobrecogiera el silencio de la noche obscura,

hace miles de años,

y tú ya estabas allí, desde siempre: antes de que los ojos de nuestra conciencia se abrieran para descubrir los enigmas, antes de que supiéramos articular sonidos para dar nombre a seres y cosas, antes de que cristalizáramos símbolos desde el fondo magmático de nuestras percepciones y sentimientos, antes de que descubriéramos trazas de un mundo invisible… o las soñáramos,

desde mucho antes estabas allí, hermana de piedra,

desde mucho antes estabas allí, hermana de piedra, mucho antes de que la confusión se adueñara de nuestros pensamientos y de que dejáramos de guiarnos por los ancianos y conociéramos el yugo de los fieros y orgullosos, rotos los vínculos de amantes y amados, de hermanas y hermanos, para vivir ahora inmensamente tristes, frustrados nuestros sueños, aniquiladas nuestras esperanzas, víctimas de nuestros proyectos y verdugos de todo cuanto es bello y diverso, verdugos de nuestros hermanos y hermanas, ya sean humanos, animales, plantas o materia inerte.


Hermana de piedra,

en tu cima, en su silencio, me siento unido al  viento hermano y a la hermana nube, más cercano a nuestro padre solar, sobre ti, hermana de piedra, hija como yo mismo de nuestra madre Tierra,

hollo firmemente tu cuerpo con mis pies y, al tiempo, me siento cercano a los espacios etéreos, comulgo de la firmeza de la roca y de la liviandad de la luz áurea, soy yo parte de ti y vives tú en mí.


Hermana de piedra,

Nosotros desapareceremos, pero tú estarás aquí, centinela y testigo, inmutable en tu reposo y cubierta de hielos de azulados reflejos,

dentro de miles de años.

A los que vendrán después de nosotros,
¡entrégales el recuerdo de nuestro paso sobre la Tierra!

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