EL TIEMPO
El tiempo lo daña todo.
No debería
extrañarme,
tenaz como es en su asedio.
Deviene la luz en plomo,
en desgana,
los afanes,
en heridas, los recuerdos.
No me concede reposo.
Mientras
recorro las calles,
me acecha y ataca de nuevo.
Se abate sobre mis hombros
una
lenta e implacable
lluvia de pájaros muertos.
El tiempo lo corroe todo...
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