El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente. (Michel Onfray)


lunes, 23 de julio de 2012

MENTRE ESPERO QUE ARRIBI EL CAPVESPRE (2012)


Fotografia de Jordi Gual.


Tot i que allà, a la carena, encara se senti la crida del vent,
a prop meu l’aigua penombrosa de l’estany sembla morta.

Ja no coneixeré viaranys sense nom ni tremoloses albades,
tancaré els ulls i m’apaivagaré per sempre sense adonar-me’n.

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